Draven.
Parecía que a pesar de que Meredith quería más, su cuerpo no podía soportarlo después de unos minutos de ejercicio.
Tenía que aprovechar el poco tiempo que nos quedaba, así que me deslicé fuera de ella, la agarré y la volteé en un abrir y cerrar de ojos.
—¿Q-qué estás haciendo? —Su pregunta salió en respiraciones entrecortadas y ásperas mientras la hundía sobre sus rodillas y palmas.
Rápidamente me posicioné detrás de ella y con una mano, guié bruscamente mi polla dentro de ella desde atrás.
En el momento en que la punta entró, ella gritó de placer y arqueó su espalda.
Casi no podía mantenerse estable, así que la sujeté y la empujé más hacia la posición perfecta antes de deslizar mi polla completamente dentro de su coño.
Luego, comencé a moverme lentamente antes de extender la mano para acariciar sus pechos.
—Mmmm... Argh... —gemía fuertemente con cada embestida que hacía.