—Meredith.
El sonido de voces susurrantes llenó mis oídos, forzándome a volver a la consciencia.
Un suave suspiro escapó de mis labios mientras mis párpados colgaban pesados, hasta que escuché una voz femenina familiar.
Pertenecía a Azul.
Deseaba tanto darme la vuelta para verla, pero el dolor en todo mi cuerpo, especialmente entre mis piernas, me lo impedía y en un minuto, estaba sufriendo mucho.
Me di cuenta de que Azul estaba hablando con alguien y cuando escuché la voz de Draven en respuesta, me quedé paralizada. Entonces los recuerdos de anoche inundaron mi cabeza.
Cuantas más escenas se reproducían en mi cabeza, más se detenía mi respiración.
¿Y-Yo dormí con ese hombre? ¿D-Draven?
Me pellizqué bajo el edredón. Fuerte, hasta que un suave gemido escapó de mis labios, una señal para salir de ese pensamiento y seguir durmiendo antes de que otros descubrieran que estaba despierta.
Pero en mi mente, los pensamientos no me abandonaban.