Capítulo 58 - Trenes de juguete y lazos inquebrantables
Perspectiva de Liam
Damian y yo llevamos a Evelyn al aeropuerto JFK, y sentí un inesperado vacío en mi pecho mientras nos acercábamos a la puerta de embarque. Esta mujer había sido mi ancla, mi constante a través de cada tormenta que la vida me había lanzado. Veinticuatro años teniendo su presencia firme, y ahora se marchaba a Italia. El acuerdo que hicimos para que regresara una semana cada mes parecía una pequeña venda sobre una herida profunda.
—Liam, querido —dijo Evelyn, su mano arrugada agarrando mi brazo con sorprendente fuerza—. Hoy almorcé con Hazel y Chloe. El pequeño Leo me pidió que te diera un mensaje.
Mi corazón saltó al escuchar su nombre.
—¿Qué dijo, Evelyn? —No pude ocultar la ansiedad en mi voz. Ese niño se había metido en mi corazón más rápido de lo que creía posible.