Una Confesión No Pronunciada

El punto de vista de Hazel

El sol de la mañana se filtraba por las ventanas del bufete de abogados de Kim mientras yo terminaba de relatar la pesadilla de anoche.

—Esto lo cambia todo, Hazel —Kim cerró su libreta, con una expresión sombría pero satisfecha—. El informe policial y las fotos de tus lesiones fortalecerán significativamente nuestro caso. El comportamiento violento de Alistair socava cualquier intento de ganarse la simpatía del juez.

Asentí, haciendo una mueca mientras ajustaba mi manga para cubrir los moretones púrpuras que rodeaban mi muñeca.

—¿Cuándo es nuestra próxima fecha en el tribunal? —pregunté.

—Dentro de tres semanas a partir de hoy. Presentaré la orden de restricción esta tarde. —Kim se inclinó hacia adelante—. ¿Cómo estás aguantando?

—Sobreviviré —respondí, forzando una sonrisa que no llegó a mis ojos—. Siempre lo hago.

Mi teléfono vibró con un mensaje de texto. Sebastián.

*No olvides nuestro almuerzo de hoy. Te veré en Skyline a la 1:00.*