La Súplica de una Madre, Un Veredicto Final

El punto de vista de Hazel

La voz del juez resonó por toda la sala del tribunal.

—¿Entiendo que las partes han llegado a un acuerdo sobre todos los términos?

Mi abogada asintió con confianza.

—Sí, Su Señoría. Todos los documentos han sido preparados según el acuerdo previamente discutido.

Doblé las manos en mi regazo, permitiéndome un breve momento de alivio. Después de meses de lucha, esta pesadilla casi había terminado.

Pero entonces el abogado de Alistair se aclaró la garganta.

—En realidad, Su Señoría, tenemos algunas preocupaciones sobre la distribución de ciertos bienes.

Levanté la cabeza de golpe. El abogado continuó:

—Mi cliente considera que la división de propiedades requiere una revisión adicional. Solicitamos tiempo adicional para...

—¡Objeción! —mi abogada se puso de pie de un salto—. Esta es claramente una táctica dilatoria. Todos los términos fueron acordados la semana pasada.

El juez frunció el ceño.