## El punto de vista de Hazel
El estridente timbre de mi teléfono cortó el silencio de la mañana. Gemí, mirando el reloj—6:15 AM. ¿Quién demonios llamaba a esta hora impía?
—¿Hola? —Mi voz aún estaba espesa por el sueño.
—Hazel, gracias a Dios que contestaste —la voz al otro lado estaba frenética, sin aliento. Liana Langdon, la madre de Alistair.
Me senté erguida, instantáneamente alerta.
—¿Qué sucede ahora, Liana?
—Es Alistair. Su condición ha empeorado durante la noche. Los médicos dicen que su cuerpo está rechazando la sangre del donante. —Su voz se quebró—. Necesitan tu sangre, Hazel. Tu raro tipo de sangre RH-negativo. El banco de sangre está agotado.
Apreté la mandíbula. Por supuesto. Debería haber sabido que esto no había terminado.
—Eres su única esperanza —continuó, con desesperación en su voz—. Por favor, Hazel. Te lo suplico.
Me reí, un sonido hueco y amargo.
—Así que vuelvo a ser una bolsa de sangre. Eso es todo lo que he sido para tu familia, ¿no es así?