Después de la charla del comandante, apareció un sargento que les dijo que debían averiguar qué poderes tenían. Los niños se asustaron por la forma en que los miraba el sargento, mientras el comandante lo observaba con algo de interés. Pues el sargento, un usuario de PGDUDC con el concepto de destino, sentía una extraña premonición. Su criador le había advertido telepáticamente que esto no parecía nada bueno, que sentía una pelea y una traición. El sargento temía saber quién era el traidor, pero su criador se negó a revelarlo, pues el destino no podía cambiarse en ese momento.
Su charla telepática fue interrumpida abruptamente por una mujer. La interrupción provenía de Volg, una soldado encargada de prevenir amenazas, portadora de una tregua de Hades. Hablándoles a los niños, les dijo que ellos serían "el futuro de esta porquería". Rápidamente, el comandante la golpeó, mientras Egenver la miraba embobado.
Aunque ahorita mismo los niños que están en el rango de espera estaban en un camión, algunos amarrados. Tiempo antes, en el momento en que estaban peleando, su nuevo comandante les había dicho cómo iba a ser su entrenamiento. Él era un comandante de ataque e información clasificada, y los moldearía para ser mentes estratégicas en los campos de batalla. Regresando y por la misma causa de la pelea, los amarró.
Atiart exclamó que era solo una pelea de niños, pero el comandante lo ignoró. Mientras fumaba, exclamaba en su mente que quería ver cómo terminarían estos niños. Sin embargo, por su gran detección de aura, sentía algo, y no era nada bueno, incluso en la expresión misma del destino, como las armas de fragmentos y sufrimiento, dejándolo con la duda de qué pasaría allí.
Más tarde, en la base, el comandante dividió a los reclutas en grupos de seis y siete. En el último momento, les informó que un buen desempeño los haría avanzar. La prueba sería semanal: cada equipo pelearía, y el ganador podría elegir a un miembro del equipo perdedor para integrarlo a su equipo a cambio debía dar uno de ellos.
El comandante reflexionó para sí mismo. Necesitaba saber quién desprendía esa aura peculiar y poseía tal potencial. Su plan era hablar con cada uno individualmente para descubrirlo, aunque el peligro que alguien lo viera y supiera que había algo mal descartando eso rápidamente pensó en manipular las pruebas para asegurar que esta persona estuviera en el equipo ganador. Así podría sacarla de la base y matarlo. Sin embargo, existía una alta probabilidad de fallar. Además, sentía una presencia aterradora que lo observaba. Sabía que alguien había sido enviado a protegerlo, pero ¿quién era y por qué alguien con el poder de un fragmento estaba involucrado? Tenía que descubrirlo.
Pensó en atacar directamente, pero la inminente guerra lo hizo desechar la opción: atacar ahora sería un suicidio. Aun así, si atacaba, había la posibilidad de morir y ahorita con una guerra es idiota. No podía decir que la situación no lo afectaba; era evidente que "esa cosa" estaba allí. Por eso, consideró cambiar su método de enseñanza, pero lo descartó inmediatamente. Hacerlo daría pistas de que sabía que esa presencia estaba allí, aumentando el peligro. Por lo tanto, tomó la decisión de actuar con calma y se marchó del lugar.
Tiempo antes de que el comandante de ataque le asignara la misión de entrenar a los niños, el comandante de guerra le había advertido. Le dijo que sentía un aura poderosa en Traset, un aura de fragmentos y revolución, algo devastador. En la prueba, también había notado a otros, como Kuda, con una percepción excepcional, y sentía un potencial similar en todos los demás, excepto en Atiart, Joshua Etirm y etc, quienes no parecían tenerlo.
Pero al final de la prueba, el comandante de guerra sintió algo que nunca antes había experimentado: miedo real. Parecía que algo o alguien había elegido a uno de ellos. Le advirtió que tuviera cuidado; esto era demasiado peligroso y no terminaría nada bien con ellos. Pero si pudieran manipular su destino podrán tener un gran poder. Por la misma razón, esa presencia podría ser de gran ayuda en la guerra de estado que se gestaba contra su gobierno. El comandante de ataque simplemente respondió que entendía.
En la base, Sebas, apenas el comandante se perdió de vista, se mofó de Joshua: "¡Jaja! Siempre pierdes, imagínate perder por Joseph, Kuda, e Isma." Joshua se limitó a dejarlo hablar, aunque a veces respondía con sarcasmo mezclado con seriedad. En ese instante, Traset sintió una presión repentina en su cuello, como un golpe invisible. Buscó el origen de la sensación sin éxito, y luego intentó encontrar a sus dos amigos con la mirada. Etirm, precisamente, encontró la suya, asi terminaron hablando, aunque terminando rápidamente en pelea como siempre.
El comandante hizo su entrada, explicando que, por suerte, Sebas y Joshua habían sido elegidos como los dos líderes de equipo. Sebas hizo un gesto de enojo, aunque Joshua lo ignoró por completo. Cada uno comenzó a elegir a sus miembros. Sebas terminó con Aime y, sorprendentemente, Traset se encontró en el equipo de Atiart. Sebas se sentía confiado, burlándose internamente de Joshua porque su propio equipo era demasiado fuerte en comparación con el de él. El comandante les informó que se verían en una semana para la primera pelea, dándoles ese tiempo para entrenar.
De vuelta en el centro de poderes de la base, donde los recién ascendidos al rango de soldados se encontraban, cada uno debía probar suerte para ver qué poder lo elegía. Se van a ir turnando.
En el momento de este anuncio, Egen mostró un claro interés, pensando en lo mucho más fuerte que se volvería. Isma, por su parte, albergaba el deseo de ser el más fuerte de todos los tiempos. Joseph solo anhelaba sobrevivir. Kuda, sin embargo, sentía un disgusto particular por todo el proceso; no le importaba el poder en sí, sino ver las diferentes perspectivas de los demás, pues, para él, la búsqueda de poder a través de esa vía solo podría llevarlo a la muerte debido a sus propios defectos del usuario por su perspectiva al ocupar esos poderes a si mismo pensó que el tiempo le daría la razón, porque cada poder tiene un defecto sin contar el tiempo que lo puedan ocupar llegando a la conclusión de que sería mejor pensar en que poder ya que no puede controlar con su perspectiva y el tiempo morirá . Todos estos pensamientos cruzaban por la mente de cada uno en silencio.
Egen, con una excusa transparente, comentó que quería saber qué tipo de poder tenía Volg. Su intención era clara: conocerla y entablar conversación para tener una oportunidad con ella. Solo Isma y Joseph entendieron de inmediato por qué soltó ese comentario.
Volg respondió concisamente: "Conexión". Aclaró que su conexión era con el dios Hades. Egen asintió con la cabeza en un gesto de comprensión, aunque sus ojos seguían embobados. Volg, al ver la mirada embobada de Egen, soltó una pequeña sonrisa.
Con eso, el sargento, Volg y el comandante de guerra se retiraron. Les dejaron órdenes precisas: debían entrenar y probar todos los poderes disponibles. Estarían allí por al menos tres meses para que pudieran comprenderlos y permitir que un poder los seleccionara.
Mientras tanto, en una misión nocturna, Leudo apareció en un edificio, vestido con un uniforme blanco de acabados negros y con su característica masa blanca. Observaba desde las sombras, transformando una de sus manos en una mezcla de sombra.
Desde su posición, Leudo divisó a una persona con ojos dorados. En ese instante, comprendió de qué hablaban los otros. Se retiró en silencio; ahora él también era un PGDUDC
Mientras, el joven llamado Jean había tomado la espada de colmillos. Practicaba técnicas, ejecutando el "Despertar de los Dragones" con cuatro movimientos fluidos: primero rápidamente a la izquierda, luego a la derecha, bajando al centro y rematando al subir la espada. Su movimiento final imitaba la forma de un dragón con la cola levantada. Con él estaban los otros reclutas: Anderson y Sol.
Los tres jóvenes supervivientes de la prueba de ese día, Jean, Anderson y Sol, se encontraban ahora en un avión, dirigiéndose a una misión. Su tarea: luchar contra tres usuarios de poder. Jean explicó que estos eran individuos que buscaban erradicar a los humanos y que debían discernir si pertenecían a alguno de los tres estilos principales de poder, o si poseían habilidades únicas.
El piloto anunció que habían llegado a su destino. Sin dudar, Jean, con su espada, ejecutó un movimiento y se lanzó desde el avión, aterrizando en la ubicación con su habilidad "Impacto de Dragón". Al tocar tierra, lanzó una ráfaga de fuego a su alrededor, para que ellos se quemaran aquellos que planeaban irrumpir por la fuerza en el domo de los humanos.