Capitulo 3

Los meses siguientes fueron de aprendizaje y reflexión para Thomas. Su rutina diaria estaba llena de estudios, oraciones y pequeñas responsabilidades en la parroquia. Sin embargo, en su interior, el sueño de ser Papa seguía creciendo con fuerza.

Una tarde, después de la misa dominical, Thomas se acercó al padre Miguel con una expresión seria.

—Padre, he estado pensando mucho —dijo—. Quiero prepararme para entrar al seminario cuando tenga la edad suficiente. Quiero dedicar mi vida a Dios y a la Iglesia.

El padre Miguel lo miró con orgullo y una sonrisa amable.

—Es una decisión importante, Thomas. El seminario es un camino de entrega y sacrificio, pero también de gran crecimiento espiritual. Si ese es tu deseo, te apoyaré en cada paso.

En casa, Thomas reunió a su familia para compartir su decisión.

—Quiero ir al seminario —les dijo con convicción—. Sé que no será fácil, pero siento que es lo que Dios quiere para mí.

Sus padres, aunque con algo de tristeza por la separación que eso implicaba, comprendieron la profundidad de su vocación y prometieron apoyarlo siempre.

Así, Thomas comenzó a prepararse con más dedicación que nunca. Estudiaba con empeño, participaba en todas las actividades de la iglesia y buscaba aprender de cada experiencia.

Sabía que el camino sería largo y lleno de desafíos, pero estaba decidido a seguir adelante, confiando en que su fe y esfuerzo lo llevarían a cumplir su sueño.