Capitulo 9 - Enseñanzas

No me parece algo tan difícil aprender algo nuevo sin tener algo de ayuda o algún tipo de manual de antemano. Aunque eso tal vez se deba a que, aunque ahora parezco un genio en comparación con otros niños de mi edad o incluso algunos adultos, la verdad es que era bastante perezoso en mi vida pasada. Pero eso no significa que fuera malo estudiando: mis calificaciones escolares eran buenas, algunas veces estaba entre los más altos de la escuela.

El trabajo no era muy diferente. Aun así, preferí entrar en uno que no me exigiera demasiado, ni física ni mentalmente.

Quizás esa sea la razón por la que no me parece tan difícil hacer esto. Creo que es la primera vez en mis vidas que tengo el deseo de agarrar un libro, uno que me enseñe sobre la vida y cómo vivirla.

No lo hacía a menos que fuera por obligación, una tarea o algo así. Las únicas veces que lo hacía de buena gana era cuando se trataba de un manga o una novela ligera/web. Recuerdo unas cuantas que eran bastante buenas. ¿Existirá algo así en este mundo? "Aquella vez que reencarné con los poderes de un dios"… algo así suena bastante cliché.

—¿Espera, qué estoy haciendo? No debo distraerme. Procrastinar, creo que se llamaba esto.

Bien, sigamos con lo verdaderamente importante.

—Este símbolo de aquí es un círculo, o eso creo, pero es una A. Este de aquí parece un garfio, de esos que usaban los piratas en las películas...

Mmm...

¿Habrá piratas en este lugar? ¿Tendrán lazos con tiburones o algo así? Jeje...

¡No, estúpido! ¡CONCÉNTRATE!

Me froté ambas sienes con los dedos.

—¿Por qué me es tan difícil concentrarme?

—¿Tienes problemas, Kael?

—¿Mamá? Ah... sí.

—¿Quieres que te ayude?

—¿Estás segura? Creí que estabas ocupada.

—Acabo de terminar lo que estaba haciendo. Tengo tiempo hasta que comience a preparar la comida.

—Muy bien, ¡gracias mamá!

—Jeje. Ven aquí, pequeño. ¿Cuál es el problema?

—No logro aprender mucho. Ya tengo una que otra letra o palabra identificada, pero se está volviendo bastante complicado. Además, me estoy distrayendo fácilmente.

—No te preocupes, hijo. No creas que aprender a leer y escribir es algo que pasa de la noche a la mañana. Yo, por ejemplo, tardé casi un año en hacerlo. Tu padre, por otro lado, tardó más de un año, pero él era un bobo desde el principio.

—Jeje.

—Jajaja.

Ambos nos reímos mientras hablábamos.

—Aun así, me parece extraordinario que a tu edad te interese aprender a hacer esto. Yo lo hice cuando tenía cuatro años. Es una diferencia de un año, lo sé, pero aún así es asombroso.

—Ahora, veamos. Te daré algunos consejos y estaré aquí para ayudarte y corregirte cuando sea necesario, ¿bien?

—Sí, muy bien, gracias.

———

Había pasado cerca de dos horas desde que mamá comenzó a ayudarme. Es increíble lo bien que enseña… ¿Tal vez ella fue una maestra antes de estar con papá?

Mamá había pelado y cortado un par de frutas para comer mientras descansábamos un momento de estudiar.

La verdad, estudiar esto fue más difícil que toda mi etapa universitaria. Tal vez estoy exagerando, pero el nivel debería estar cerca.

—Mamá, eres muy buena enseñando. ¡Ahora entiendo un poco más lo que dice el libro!

—Jeje, me alegro, mi pequeño. Pero recuerda que debes estudiar siempre que puedas.

—¡Claro!

—Ahora que lo dices, creo que yo le dije lo mismo a mi mamá, a tu abuela.

—¿En serio?

Eso me hizo pensar en algo. Mis padres nunca habían mencionado a los suyos…

Tal vez estén... no, eso sería insensible de decir. Pero tengo que saberlo, me está ganando la curiosidad.

—Mamá, ¿dónde están los abuelos? ¿Ellos no viven por aquí cerca o en el pueblo?

Mamá solo negó con la cabeza. Después solo me miró, una mirada cálida, llena de amor y afecto.

—Ellos murieron hace cuatro años, Kael. Por causas naturales, ambos a sus 88 años. Fue algo que me pareció lindo: se fueron juntos. Eso hizo que su pérdida doliera un poco menos.

—Mi madre, su nombre era Adara. Ella fue maestra e instructora, como el maestro Aleph si buscamos algún ejemplo. Mi padre se llamaba Jack, él era un buscador-portador.

—¿Buscador-portador?

—Claro, tal vez aún no has oído hablar de ellos. Es una profesión que, como su nombre indica, se especializa en buscar o descubrir nuevas cosas: materiales, ingredientes para comida o pociones, biomas y cualquier cosa desconocida para todos los demás.

Eso suena divertido.

—Tu abuelo era uno de ellos, bastante famoso de hecho. Él ayudó en el descubrimiento de la Montaña del Gigante, una montaña tan alta que, según los buscadores, se tardaría más de un año en subir hasta la cima. En su punto más alto, según las creencias, existen criaturas jamás antes vistas: dragones, unicornios, sirenas, entre muchas otras. Tu abuelo afirmó haber visto un centauro en una de sus muchas subidas, pero como nunca nadie ha logrado llegar hasta arriba, eso solo fue —según la gente— una alucinación producida por la altura. Yo le creí, por supuesto. Jeje.

¡Criaturas míticas, eso es asombroso!

—Tiempo después, éstos animales desconocidos se hicieron presentes en algunos lugares más abajo en la montaña.

La Montaña del Gigante… me pregunto cómo se verá en persona. Imponente, pienso yo.

—Mi padre conocio a tu abuela cuando fue llamado a la academia donde ella trabajaba. Los directivos querían que él compartiera con los estudiantes información, anécdotas y sus muchas aventuras. Creían que así motivarían a los niños a seguir estudiando y convertirse en portadores certificados.

Entonces incluso aquí necesitás algo así como un título para trabajar.

—Al final, todo salió bien. Más que bien, diría yo. Mi padre no solo se ganó a los estudiantes, también se ganó el corazón de mi madre.

—Por lo que ella me contó, desde pequeña fue criada estrictamente para ser una maestra-portadora. Toda su familia lo era o lo había sido. Pero ella se rehusó a seguir sus pasos. Todos ellos acababan siendo odiados por los demás, aunque no les importaba. Creían que era solo envidia de la gente que no era tan talentosa como ellos.

Parece que mi abuela tuvo un pasado agitado.

—Para demostrar que ser de esa familia no significaba nada, se marchó. Pero antes les prometió algo: Los superaría a todos en el área que más orgullo les daba: la enseñanza y conocimiento en cuanto a lazos.

—Pasó años estudiando y entrenando sus habilidades para convertirse en la mejor maestra que este mundo haya visto. Estuvo en varios trabajos, desde las cavernas hasta ser una buscadora igual que papá. Pasó por tanto para convertirse en lo que se había prometido.

—El día en que sería evaluada para recibir el título de maestra-portadora y el de profesora de la Academia Rozium, su familia estaba allí, pero no por ella. Por su primo, un hombre llamado Demian. En palabras de mi madre, era una persona capaz y fuerte. Demasiado fuerte.

—La evaluación constaba de dos partes: habilidades de enseñanza y habilidades de combate. Ellos entrenarían a la próxima generación de portadores. No querían a alguien mediocre.

Parece una escuela bastante exigente, aunque interesante.

—Mi mamá contaba con un lazo de águila nevada, mientras que su primo uno de tigre de tinieblas.

—El combate fue duro. Mi mamá usaba su capacidad de volar y crear escudos de nieve sólida. Lanzaba bolas de nieve en forma de pincho, lo más compactas posible, extremadamente filosas para hacer daño. Pero la fuerza de él iba más allá de sus expectativas. Sus escudos se hacían pedazos uno tras otro. Un par de golpes eran suficientes para destruirlos. Además, la habilidad clave del tigre no era solo su fuerza o velocidad, sino el poder de sumir a sus oponentes en la oscuridad. Eso hacía que perdieran su orientación, y eso daba paso a la confusión y al miedo.

Eso suena terrible. No me imagino a mí mismo luchando contra alguien así… una fuerza extrema además del arma más fuerte de todas, al menos a mi parecer: el miedo.

—Su familia se burlaba de ella, la llamaban traidora y una sinvergüenza. Para ellos, solo era un obstáculo en el camino.

—Pero lo que más admiraba de ella salió a flote: su coraje y valentía. Eso dio paso al siguiente nivel de un lazo. Algo llamado... El Origen.

—El poder del halcón nevado se elevó a su máximo potencial. La nieve no solo significa unas cuantas bolas o trozos de hielo; también viene en forma de ráfagas de viento helado y carámbanos.

—La velocidad y poder de sus rafagas heladas fue más allá del poder de la oscuridad. El hielo se tragó no solo a su oponente, sino también las expectativas de su familia en él y sus deseos de ganar.

Un poder inigualable, que ni siquiera la oscuridad más profunda pudo contener. La abuela era increíble.

—Madre salió victoriosa y cumplió la promesa que le hizo a su mediocre familia.

—¡Me hubiera encantado verla! Suena a que era alguien impresionante y de buen corazón.

—Sí, así es...

Parecía que madre comenzaría a llorar. Su frente se arrugó un poco y sus ojos se humedecieron.

Me acerqué y la tomé de la mano. La apreté fuerte para que sintiera el calor.

Ella parece haber evitado llorar. Se secó un poco los ojos y me dio una sonrisa.

—Cuando se volvió maestra, fue reconocida por todos: la hija fallida de la familia que superó todo.

—Cuando tuve la edad, fui a estudiar a la academia Rozium. Aunque ahí, como ella me había dicho, no sería mi madre: sería mi profesora. Pero eso ya lo sabía. Estaba orgullosa de la gran madre en la que se había convertido. Era lo más valioso para mí.

—Es increíble, mamá. Sabes… ella es para ti lo que tú eres para mí. Incluso ahora te pareces a ella, jeje, enseñandondome a leer y esas cosas.

Ella solo sonrió, pero eso era suficiente.

—Gracias, mi pequeño ¿Pero ahora tenemos cosas que hacer, no crees?

—Oh… cierto. Pero mamá...

Esperaba descansar un poco más, me hubiera gustado escuchar otra historia.

—Llámame profesora, no mamá. ¿Entendido?

—¡Sí señora!

—Jejeje. Bien, vamos a continuar. ¿Dónde nos quedamos?

—¡Aquí!

Señales la página donde habíamos terminado la primera lección.

—Muy bien. Este símbolo de aquí representa…