—Punto de vista de Aleph Arknite—
Los pasillos de la academia Rozium dan miedo. Es casi como si todas estas estatuas estuvieran vivas. ¿Quién fue el genio que las hizo? Quisiera poner una demanda.
Además, el olor es horrible… huele a... diablos, huele a tantas cosas que no distingo qué es qué.
Pero ya estoy aquí, tristemente.
Además, solo vengo con la misión de encontrar al buscador Rowan. Al parecer, el Alto Maestro y él son viejos conocidos. Me pregunto cómo será. Cuando pregunté por él en la recepción, escuché de algunas personas que era mejor no verlo, que era enorme, una montaña de músculos, y que su boca parecía las fauces de un monstruo. Alguien espeluznante.
De solo pensarlo ya quiero irme de aquí. ¿Qué tal si me secuestra o me mata?
¡Maestro! ¿¡Por qué me mandó aquí!? ¿Acaso está loco?
Ahhh...
No tiene caso, tal vez solo deba aceptar mi destino...
Seguí caminando por donde la mujer en la recepción me había dicho.
Dos vueltas a la izquierda, luego una a la derecha, todo recto hasta el fondo, luego de nuevo a la derecha… ¿Esto es un maldito laberinto o qué?
—Qué pésimo trabajo hicieron las personas que construyeron este edificio. Si los veo por ahí, les daré una lección de cómo hacer las cosas bie...
Estaba tan distraído hablando conmigo mismo que no me di cuenta de la persona que venía delante de mí.
Choqué con él.
—¡Ah, disculpa! Estaba distraído y...
¿Eh? ¿Qué diablos? ¿Quién es esta persona? Es aterradora. Es gigante. ¡Más que el tipo en la recepción de la central del pueblo donde vive el señor Albert!
—¿¡Haah!? ¿Necesitas algo, chico?
—Ah, eh… no.
¿¡Por qué me tiembla la voz!?
He estado varias veces en las cavernas, me he enfrentado a numerosas criaturas lo bastante fuertes y grandes como para destruir un edificio de un golpe en la montaña.
¿Entonces por qué?
Espera... este hombre... enorme, intimidante...
No me digas… ¿Es este el buscador Rowan?
¿Por qué el Alto Maestro es amigo de alguien así?
No, espera, vine aquí a buscarlo específicamente a él. No debo retroceder ahora, es una tarea que el Maestro me asignó. Debo cumplirla.
—Quita del medio entonces. Solo estorbas.
Me armé de valor para hablarle, ni siquiera cuando le pedí a esa chica que fuera mi novia estaba tan nervioso.
—¡Oye! Disculpa, ¿de casualidad es usted el buscador Rowan Thunderwolf?
—¿¡Eh!?
—Ah, disculpe… es solo que vine aquí en busca de alguien con ese nombre...
—¿Y que si soy yo? ¿Qué asuntos tienes conmigo, eh, chico?
—Ah, es solo… yo soy Aleph Arknite, vengo de parte del Palacio de los Grandes. El Alto Maestro Enzo Atlas me envía.
—¿Enzo, eh? Hmm...
Comenzó a frotarse la barbilla. No quise decir nada más por miedo a recibir una golpiza.
—Demonios, ese tipo no me deja en paz ni un segundo. Sígueme, vamos a mi oficina.
—¡Claro! Yo lo sigo...
¿Debería escribir mi testamento mientras estoy aquí? Tal vez no vuelva de aquella oficina...
Perdón mamá, papá, Maestro Enzo… este es el último día de Aleph Arknite.
¡Solo recuerden que morí de forma valiente!
—¿Qué demonios esperas, eh!? ¡Muévete!
—¡Allá voy, señor! ¡Perdón!
Aunque no se ve tan viejo de hecho. Su barba está bien recortada y tiene un cabello largo rebelde. ¿Quizá llamarlo señor fue una equivocacion?
Espero que no... De todas formas, solo tengo que seguirlo.
Su oficina no estaba muy lejos de donde estábamos, así que si trataba de hacerme algo, podría intentar escapar.
—Ya que te manda el idiota de Enzo, dime. ¿Qué quiere esta vez?
—Bien, a decir verdad, él no me dio mucha información. Solo me pidió buscarte y contarte acerca de algo que habiamos hablado.
—¿Y bien? ¿Qué es?
—Solo me dijo dos palabras... La Galería.
—La Galer...
Su expresión cambio a una enojada.
¿Qué? ¿Acaso dije algo mal? ¿El Maestro me tendió una trampa? Parece enojado… ¡alguien, por favor, ayúdeme!
—Ejem, me disculpo por asustarte. Ahora dime, ¿qué sabes o que te dijo Enzo de La Galería?
Parece que se calmó. Que bueno.
—Si le soy sincero, absolutamente nada. Lo siento.
—Entonces dime, ¿te suena de algo esto?
Rowan sacó un libro de un cajón al lado de su escritorio, bastante viejo al parecer, y sopló el polvo que había acumulado.
Lo abrió y empezó a leer algo.
—La Galería, un mundo en blanco. No hay nadie. No sientes nada. ¿Dónde estás? No se sabe. ¿Por qué pasa? Tampoco lo saben. Pero si esto existe y no es un sueño o alucinación, debe estar en algún lugar allá afuera, en el enorme y vasto mundo... o escondido dentro de la mente de alguien.
Quedé estupefacto al oír todo eso. Era una descripción demasiado acertada para ser una historia inventada o un cuento de niños.
—Eso es... bastante preciso. ¿Cómo es que...?
—Ahora dime, ¿quién lo vio? ¿Acaso fue Enzo? ¿O alguien más?
—De hecho, fui yo, señor
—Qué buena suerte tengo entonces. Cuéntamelo todo. Quiero que me digas todos los detalles. Si había un nido de hormigas, quiero saber cuántas había. Si llovía, dime cuántas gotas caían del cielo.
Lo quiero todo.
—Erm... bien.
¿Pero no había dicho que no pasaba nada? Pero que más da.
—Todo empezó el día que fui enviado a evaluar el potencial de un chico en el pueblo de Arishtar. Al llegar, no noté nada fuera de lo común. De hecho, era bastante normal. Un poco decepcionante, si le soy sincero.
Recordaba el lugar un poco mejor. Pero eso no importa.
—Pero todo eso se fue al carajo cuando empecé el ritual de enlace temporal. Como usted sabrá, ya que el maestro Enzo me contó que usted fue maestro-portador en algún momento de su vida.
—Ah... sí, claro. Continúa.
—Bien. Como sabe, cada persona es un lugar diferente, un mundo que explorar. Los pensamientos, las emociones y decisiones de estas, determinan la apariencia de ese mundo. Puede ser un bosque enorme lleno de vida, o una tierra árida y desolada.
Es increíble ver todo eso a decir verdad.
—Pues bueno, al entrar en este chico, al único lugar que llegué fue a una imagen en blanco. Nunca antes había visto algo así. Pensé que algo había salido mal, así que intenté cortar el enlace, pero... parecía que algo no... quería que lo hiciera. No pensé más, así que solo continué.
Quería indagar más pero algo me decia que no lo hiciera.
—No recuerdo cuánto tiempo estuve ahí, pero sí recuerdo los últimos momentos: antes de salir, dos esferas luminosas aparecieron a lo lejos. Una de color dorado con manchas oscuras y otra de un azul oscuro, cuyo centro era un azul brillante.
—Cuando las vi, quise moverme, pero no podía, mucho menos hablar. El lugar se tornó oscuro. Sentí que el vacío me tragaba. Ahí, el enlace se rompió y el ritual terminó.
Sinceramente, le mentí a esa familia. Al ver la esfera dorada creí que estaba asociada a la tierra. Y el fuego, solo fue un detalle extra
¿Tal vez debí decirle que era agua?
—Les dije que el niño era un portador de un solo espacio con dos elementos. Eso, por supuesto, era falso hasta cierto punto. La familia parecía feliz. Para ellos, era suficiente. Me despedí de ellos y me marché de ahí. Me dirigí directamente al palacio donde le conté todo esto al Alto Maestro.
Eso es todo.
—Hmm... eso puede servir.
Quise preguntar para que, pero me contuve.
—Bien. Quiero que regreses con Enzo. Dile que está bien, lo ayudaré.
¿Eh? ¿De que habla?
—Disculpe mi rudeza, pero no recuerdo haber mencionado que el Maestro pidió su ayuda.
—Lo conozco desde hace ya tanto tiempo que olvidé cuánto es en realidad. Sé lo que quieren decir sus palabras, chico. Aún eres un aficionado.
Eso fue grosero… pero quién soy yo para criticarlo.
—Está bien. Nos vemos, señor Rowan.
—Sí, sí… adiós...
Sali de su oficina, cerrando la puerta detrás de mi.
—Punto de vista de Rowan Thunderwolf—
Ese chico, a pesar de ser joven, parece haber alcanzado la categoría tres por la cantidad de energia, además de ser un doble portador.
Aleph Arknite...
Enzo siempre supo cómo conseguir gente competente. Debe de tener algun truco bajo la manga.
Pero esas esferas de luz al final... Nunca llegue a ver algo así tampoco. Mmm...
Je... Todavía no lo creo.
La Galería, ¿eh? Cuánto tiempo he estado esperando el momento en el que volvería a escuchar ese nombre.
Parece un sueño, pero si Enzo pidió mi ayuda, eso significa que ya tiene un plan entre manos.
—Rata inmunda, jajaja.
Arishtar… recuerdo ese pueblo.
Estuve ahí cuando el rey Caleb seguía suelto. El desgraciado se ocultó ahí durante años sin que lo notáramos.
Ese tipo era la fuente de información y la persona más inteligente que este mundo ha visto. Nadie, ni Enzo, se le comparaba. Él era la encarnación del conocimiento. Era tanto… que eso fue su perdición.
Y él era, además, la clave para encontrar La Galería.
Murió según los rumores, pero su cuerpo jamás fue encontrado, casi como si simplemente hubiera sido borrado de la existencia.
Pero...
Ahora tenemos una pista.
No dejaré pasar esta oportunidad… así tenga que morir por ello.