"¡Debe ser la señora Cabidis!", dijo el jefe de FEEL Enterprise.
"¡Así es!".
"Está bien, por supuesto. Se lo explicaré yo mismo, no dejaré que nada le pase a su empresa".
"Será mejor que se de prisa".
"No hay problema. La llamaré tan pronto como regrese a la oficina".
Augustine se ajustó la camisa mientras se ponía de pie. Luego miró a Vivianna y luego le preguntó: "¿Ya estás feliz?".
Sí lo estaba, asi que asintió y mostró una sonrisa en señal de satisfacción.
Entonces, el jefe de FEEL Enterprise preguntó: "Presidente Giltstone, con respecto al plan de compra que mencionó...".
El millonario ni siquiera volteó a verlo: "No me interesa una empresa pequeña e insignificante como la tuya".
El hombre se sintió aliviado al escuchar lo que había dicho. Si la hubiera comprado estaba seguro de que su empresa desaparecería. En verdad había tenido mucha suerte.