Chapter 342 La bodega

Las largas y finas pestañas de Vivianna se agitaron. Aunque para ella resultaba embarazosa aquella intimidad entre ambos, no quería luchar para apartarlo.

Era innegable que ella también estaba embriagada de amor; había caído en las redes de aquel hombre. Ella se sentía algo impotente para pensar que realmente llegaría a enamorarse de él.

La temperatura de las yemas de los dedos de aquel hombre era tan alta que ella sentía que la quemaban. Su corazón galopaba en su pecho y sentía que una corriente eléctrica recorría sus extremidades...

Aunque era evidente que fuera de la ventana la nevada continuaba, al otro lado de la ventana Vivianna parecía estar a punto de ser engullida por las llamas, del mismo modo que un incendio devora una pradera. Su piel blanca estaba cubierta por una capa rosada que recordaba flores de cerezo, lo que cortaba el aliento de aquel hombre.