Amy había concertado una cita con una amiga; por lo que, a Xenophilius no le quedó más remedio que ofrecerle el suficiente tiempo y espacio para ello. Aún así, le expresó: "¡Cenemos juntos esta noche! He encontrado un muy buen restaurante. Seguro que te gustará el filete que allí sirven".
Sorprendida y con un atisbo de diversión, ésta replicó: "¿En serio? Entonces, te lo tendré que compensar. ¡Nos vemos por la tarde!".
"Vale, nos estamos comunicando". Y a continuación, el caballero le acompañó hasta el estacionamiento; viéndole subir a su auto deportivo blanco. Definitivamente, Amy era una chica tranquila y elegante, y sus gestos no hacían más que confirmar que era hija de una familia adinerada. En consecuencia, se encontró fascinado.
Sin embargo, no todo era color de rosas, y en ese instante pensó en la única persona que obstaculizaba su felicidad; sintiéndose enojado. Tal parecía que debía hallar a Jessamyn y aclarar sus asuntos.