Cuando supo de su triste pasado, parpadeó y dijo: "¡Vale! Ya está. Empaquemos todo y vámonos".
"¡De acuerdo!".
"¿Necesitas regresar y coger algo?".
"¿Te refieres al certificado? Yo... no tengo pasaporte".
"No es necesario. Tengo un avión privado. Puedo llevarte lejos. Ya no necesitas un certificado de tu país de origen. Cuando lleguemos al mío, te daré una nueva identidad".
Entonces, Abigail se emocionó tanto que casi se desmaya. Esforzándose por contenerse, asintió y enunció: "¡Está bien! Estoy dispuesta. No quiero regresar".
Henry asintió; e inmediatamente se levantó para marcharse. En ese momento, sonó el teléfono en el bolsillo de su pantalón. Lo cogió; descubriendo que era el número de teléfono de Vivianna.
"¡Hey Vivianna!". Su estado de ánimo se hallaba un poco deprimido cuando conversaba con su acompañante. No obstante, con nuestra protagonista, éste mejoró inmediatamente.