En la sala, el viejo General Pei parecía tener algo que decirle en privado a Amanda, así que Jenny optó por cerrar la puerta.
En cuanto ella salió, Richard se paró a su lado, como si fuese su sombra, y Jenny se recostó contra la pared, junto a la puerta, con los brazos cruzados, mientras esperaba instrucciones. Richard apoyó una mano en su hombro, manteniéndose a cierta distancia. Él la escrutó con la mirada, demostrando un gran interés; sin embargo, ella se mostraba indiferente y solo lo miraba en señal de advertencia.
Sin embargo, Richard estaba habituado a soportar las adversidades, así que le ofreció una sonrisa, al tiempo que le decía: "¿Qué te parece si forjamos una amistad?"
"No necesito amigos", repuso Jenny, al tiempo que apartaba ligeramente la mirada.