El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo.
Dejó su país de origen en desgracia.
Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años.
Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!"
Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar.
Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".

Extraño, cásate con mi mamá

"No te preocupes, pronto te sentirás mejor", la consoló Farid, hablándole con suavidad, al tiempo que le lanzaba una mirada.


A continuación, giró la cabeza y miró a Jenny, que estaba de pie en la puerta. "¿Qué dijo el doctor?", le preguntó.


Ella frunció levemente el ceño. ¿Por qué ese hombre le hacia aquella pregunta?


"Llamaré al médico", repuso. Jenny había decidido ir a buscar al médico para que este respondiese aquel interrogante, pero ello no fue necesario: al enterarse de que el señor presidente había llegado al hospital, de inmediato un par de médicos, ataviados con batas blancas, entraron a la sala.


"Hola, señor presidente", lo saludaron.


Farid les preguntó por la condición de salud de Amanda y ellos no se atrevieron a mentirle. Le dijeron que todo parecía estar bien, aunque Amanda esperaba que los médicos fingieran que su estado de salud era delicado, pues deseaba tener mejores recuerdos de aquella situación.


Chapter 636 La suite