El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo.
Dejó su país de origen en desgracia.
Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años.
Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!"
Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar.
Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".

Extraño, cásate con mi mamá

El ambiente en el restaurante fue muy aburrido y denso. Cualquier camarero que pasara por ahí podría intuirlo. El que se acercó a la mesa pudo saber con solo una mirada que ellos eran una pareja en conflicto. Después de que Henry ordenara la comida, el camarero se fue con prontitud.


Henry entrelazó sus delgados y largos dedos. Apoyó su fascinante barbilla con suavidad sobre estos. Sus profundos ojos, de alguna manera, habían consumido toda su aura dominante y peligrosa. Ahora mismo, miraban solo con gentileza y sinceridad, como si fueran los ojos de un bebé, que pedían la atención y compasión de la joven al frente.


Luciana volteó su rostro y miró por la ventana. Tenía una expresión de disgusto cuando lo veía. Además, se sentía incómoda y molesta cuando él la miraba de esa forma.


"¿No puedes ver a otro lado? ¿Es que soy tan bonita?", gruñó con enojo.


Los delgados y sensuales labios del joven se curvaron en una sonrisa. "Sí, lo eres".


Chapter 565 Un incómodo almuerzo