El amanecer en Neo-Veridia no trajo la paz, sino una tensa calma. Las calles, aún cubiertas de escombros cristalizados, bullían con la actividad de los equipos de limpieza de Aethel, que, con una eficiencia casi mecánica, borraban las huellas de la noche anterior. Kael había pasado la noche en el pequeño apartamento que compartía con Elara, sintiendo el débil y constante palpitar del Vacío de su hermana, una contradicción en un mundo rebosante de maná.
"¿Estás seguro de que estás bien, Kael?", preguntó Elara, sus ojos grandes y preocupados examinando la cicatriz de su hermano. Su voz era suave, casi un susurro. A pesar de su condición, Elara poseía una perspicacia inusual, una habilidad para "sentir" las fluctuaciones emocionales de Kael, aunque no las energéticas.
"Estoy bien, Elara. Solo... cansado", mintió Kael, mientras le ofrecía un plato de nutrientes sintéticos. No quería preocuparla con los horrores que había presenciado en la Torre Aethel, ni con la verdad sobre Arion. No aún.
Mientras tanto, Sif había regresado a su escondite en los Sub-niveles, una maraña de túneles y viejas estaciones de metro bajo la ciudad. Allí, un pequeño grupo de Disidentes del Éter, como se autodenominaban, la esperaba. Eran marginados, usuarios de maná que se negaban a someterse al control de Aethel, o aquellos cuyas habilidades eran demasiado peligrosas para la corporación.
"El artefacto de Arion... ¿Qué era exactamente, Sif?", preguntó un hombre corpulento con implantes cibernéticos, mientras revisaba los datos holográficos de la batalla.
Sif se quitó su guantelete, revelando venas que brillaban débilmente con energía azul. "Arion estaba usando un Amplificador del Vacío. No solo extraía maná, sino que lo hacía al revés, atrayendo la anti-energía, la 'nada' del Vacío Primordial. Quería controlar esa ausencia, convertirla en un arma... o en algo peor."
Otro disidente, una joven Vidente con ojos que parecían ver más allá de la realidad, interrumpió con voz temblorosa: "Sentí una perturbación... una oscuridad que no era de Arion. Algo más grande, algo antiguo, se movió cuando el artefacto fue destruido."
Sif frunció el ceño. La Vidente raras veces se equivocaba. Si el Vacío Primordial era una fuente de energía, ¿qué otra cosa podría haber estado conectada a él? ¿Y qué había pasado con Arion? La explosión había sido inusual, no una simple desintegración.
En la superficie, Kael recibió una notificación urgente en su comunicador. Era un mensaje cifrado de un contacto que tenía en el bajo mundo, un Pirata de Datos conocido como "Byte".
“Kael, viejo amigo. Noticias frescas de la red. Parece que el incidente de anoche no fue un fallo de seguridad, sino una prueba. Aethel está moviendo hilos. Y no solo en Neo-Veridia. Rumores de un Despertar en otros puntos de fractura. Algo grande se avecina, y está conectado con el Vacío. Ten cuidado. Demasiado maná fluyendo, y la nada... se está expandiendo.”
El mensaje resonó con las palabras de Sif. ¿El Vacío se expandía? La idea lo aterrorizaba. Significaba que la condición de Elara no era tan única como pensaba, y que algo oscuro amenazaba a todos los que eran como ella.
Decidido a encontrar respuestas y proteger a su hermana, Kael se dirigió a los Sub-niveles. Usando sus habilidades de Tejedor de Sombras, se movió por las zonas ocultas, evitando las patrullas de Aethel. Finalmente, encontró la entrada al escondite de los Disidentes del Éter, un lugar que hasta ahora había evitado.
La atmósfera allí era diferente. Una mezcla de desconfianza y camaradería. Cuando Sif lo vio, asintió con una mezcla de sorpresa y reconocimiento.
"Pensé que volverías", dijo Sif. "Tenemos problemas más grandes de los que imaginábamos."
Kael compartió la información de Byte. La mención de un "Despertar" y la conexión con el Vacío Primordial impactó a los Disidentes. La Vidente palideció.
"Un Despertar...", murmuró la Vidente. "Las antiguas profecías hablaban de una época en que el Vacío y el Maná se equilibrarían. Pero no de esta forma. Esta es una Corrupción."
Sif explicó a Kael lo que sabían sobre el Amplificador del Vacío de Arion, y la posibilidad de que no hubiera muerto, sino que hubiera sido absorbido por la misma energía que manipulaba.
"Si Arion está vivo, o transformado, y controla el Vacío Primordial, la amenaza es mucho mayor", dijo Sif. "El maná puede ser moldeado, pero el Vacío... el Vacío consume. Y si hay más personas como tu hermana, son objetivos."
La realidad golpeó a Kael con la fuerza de un rayo. No se trataba solo de proteger a Elara de la gente, sino de protegerla de una fuerza primordial que buscaba la nada.
"¿Qué hacemos?", preguntó Kael, la determinación endureciendo sus facciones. "Necesitamos detenerlo. Pero, ¿cómo se lucha contra la nada?"
Sif miró los rostros cansados de los Disidentes, luego a Kael. "Según las leyendas, el Vacío Primordial tiene un corazón. Un punto de origen. Si Arion lo ha encontrado, o está en camino de encontrarlo, necesitamos adelantarnos a él."
"¿Y dónde está ese 'corazón'?", preguntó Kael.
La Vidente levantó la vista, sus ojos nublados con una visión lejana. "Las viejas Ruinas del Abismo... bajo la ciudad. Donde la Gran Fractura fue más intensa. Allí es donde el maná es más denso... y donde el Vacío es más profundo."
La misión era clara, pero aterradora. Kael y Sif, junto a algunos Disidentes, se prepararon para descender a las profundidades de Neo-Veridia. Sabían que el camino estaría plagado de peligros, no solo de los restos de Aethel, sino de la propia inestabilidad del maná y el creciente poder del Vacío.
Mientras descendían por los viejos túneles subterráneos, un extraño sonido comenzó a resonar. Un susurro, como el del viento en un lugar vacío, pero con una resonancia que se clavaba en sus huesos. No era el zumbido vibrante del maná, sino el eco de su ausencia.
El Vacío se estaba manifestando. Y el viaje apenas comenzaba.
¿Qué nuevos desafíos crees que encontrarán Kael y Sif en las Ruinas del Abismo, y cómo crees que la conexión de Elara con el Vacío podría influir en el conflicto?