La estabilización del Núcleo del Éter trajo una calma inusual a las profundidades, pero la victoria de Kael y Sif era un secreto que no duraría mucho. El ascenso desde las ruinas antiguas se sintió diferente; el maná de la ciudad ahora pulsaba con una energía más pura, como si la influencia de Arion hubiera sido un velo espeso que acababa de levantarse.
De regreso en la superficie, Kael se apresuró a buscar a Elara. La curandera que la cuidaba vivía en una humilde morada al borde de un bosque de cristales de maná, lejos de la vigilancia de Aethel. El reencuentro fue agridulce. Elara, aunque a salvo, había sentido la agitación del Vacío.
"Sentí... algo, Kael", susurró Elara, abrazándolo con fuerza. "Una gran oscuridad, y luego... un silencio. ¿Estás bien?"
Kael la abrazó con alivio. "Estoy bien, Elara. Y tú también lo estarás. Hemos lidiado con esa oscuridad."
Mientras tanto, Sif había regresado a los Sub-niveles para informar a los Disidentes del Éter. La noticia de la derrota de Arion fue recibida con una mezcla de júbilo y cautela. La Vigilante del Equilibrio, de la Ciudad Olvidada, se había comunicado con ellos a través de un enlace de maná, confirmando la estabilización del Núcleo del Éter.
"La amenaza inmediata ha sido contenida", dijo la Vigilante, su imagen proyectada como una luz etérea. "Pero Aethel aún representa un peligro. Buscarán el poder del Núcleo con mayor avidez ahora que su acceso al Vacío ha sido cortado."
La predicción no tardó en cumplirse. Los comunicados de Aethel se volvieron más agresivos, acusando a "terroristas de maná" de los recientes disturbios y aumentando la presencia de sus Espectros de Éter en las calles. La corporación, incapaz de entender la verdadera naturaleza del equilibrio, seguía buscando el control absoluto.
Kael y Sif, junto con los Disidentes, se dieron cuenta de que la guerra no había terminado; había pasado a una fase diferente. Ya no luchaban contra una fuerza primordial desatada, sino contra una corporación que representaba el control opresivo.
"Necesitamos exponer la verdad", dijo Kael. "Que el Vacío Andante fue creación de Aethel, y que están manipulando a la gente."
Sif asintió. "Pero Aethel controla la información. Necesitamos una prueba irrefutable. Algo que no puedan negar."
La respuesta llegó de una fuente inesperada: Byte, el Pirata de Datos. Había estado rastreando las redes de Aethel desde el incidente.
"¡Chicos, lo tengo!", exclamó Byte, su voz apenas contenida por la emoción a través del enlace cifrado. "He accedido a los archivos más profundos de Aethel. Tienen un 'proyecto secreto'. Una instalación de investigación oculta, más allá de los límites conocidos de Neo-Veridia. Y no es solo un laboratorio. Es una bóveda."
"¿Una bóveda de qué?", preguntó Sif.
"De conocimiento", respondió Byte. "Registros de la Gran Fractura, artefactos de los Custodios originales, y lo más importante... el diario personal de Arion. Detalla sus experimentos con el Vacío Primordial, su alianza inicial con Aethel, y cómo crearon el Amplificador del Vacío. Es la prueba que necesitan."
El riesgo era inmenso. Infiltrarse en una instalación secreta de Aethel era una misión suicida. Pero si lograban obtener el diario de Arion, podrían destruir la credibilidad de la corporación para siempre.
Kael pensó en Elara. Si Aethel seguía su agenda de "control", los "Vacíos" como ella serían sus próximos objetivos. No podía permitirlo.
"Tenemos que ir", dijo Kael, su voz firme.
Sif asintió. "Los Custodios pueden ayudar. La Vigilante del Equilibrio nos dijo que algunos artefactos antiguos podrían ser clave para infiltrarnos sin ser detectados por la tecnología de Aethel."
Con la ayuda de los Custodios de la Ciudad Olvidada, que les proporcionaron esquemas de antiguas Runas de Encubrimiento a base de maná, Kael y Sif se prepararon. Estas runas, una vez activadas, podían alterar las lecturas energéticas y los campos de detección, haciéndolos invisibles para la mayoría de los sistemas de Aethel.
La ubicación de la bóveda era un complejo de alta seguridad en un archipiélago de islas flotantes, creadas con tecnología de maná avanzada y escudadas por capas de barreras de energía. Era una fortaleza inexpugnable, pensada para guardar los secretos más oscuros de Aethel.
La infiltración fue un ballet de sombras y energía silenciosa. Kael usó sus Tejidos de Sombra para deshabilitar las cámaras y los sensores de corto alcance, mientras Sif, con el poder de las Runas de Encubrimiento, manipulaba las corrientes de maná para crear "puntos ciegos" en las defensas perimetrales. Los láseres de seguridad parpadeaban inofensivamente, y los drones de patrulla pasaban de largo.
Se abrieron paso a través de corredores de titanio, pasando junto a laboratorios donde se realizaban experimentos inquietantes con maná. Finalmente, llegaron a una cámara acorazada, protegida por un complejo rompecabezas de energía. Era el lugar que Byte había descrito.
"Este es el lugar", susurró Kael, sintiendo el peso de la historia en el aire.
Sif activó su Disruptor de Maná, no para destruir, sino para reconfigurar los patrones de energía del rompecabezas. Después de unos tensos minutos, la pesada puerta de la bóveda se deslizó con un silbido metálico, revelando un espacio lleno de estanterías holográficas y antiguos artefactos.
En el centro, sobre un pedestal, un objeto llamó su atención: un libro encuadernado en cuero sintético, rodeado por un tenue campo de maná. Era el Diario de Arion.
Justo cuando Kael extendió la mano para tomarlo, las luces de la bóveda se encendieron con un brillo cegador. Una voz familiar resonó en la habitación.
"Lo sabía", dijo la voz, helada y controlada. "Nunca cambian. Siempre buscan la 'verdad'. Pero la verdad es lo que Aethel decide que es."
La comandante de los Espectros de Éter, con un escuadrón completo, los esperaba. Sus ojos, antes fríos, ahora brillaban con una intensidad fanática.
"La Vigilante de Equilibrio nos advirtió que Aethel es una serpiente", dijo Sif, preparándose para la batalla. "Parece que ella tenía razón."
La batalla final estaba a punto de comenzar, no en las profundidades de la tierra, sino en el corazón de la fortaleza de Aethel. Kael y Sif tenían el diario, la prueba que necesitaban, pero sacarlo de allí y exponer la verdad a Neo-Veridia sería su desafío más grande. La historia de los guardianes y el legado del maná estaban a punto de reescribirse.
¿Cómo crees que Kael y Sif lograrán escapar con el diario, y qué impacto tendrá la revelación del diario en Neo-Veridia y en la Corporación Aethel?