Luego se volvió hacia el portátil y mantuvo sus dedos suspendidos sobre el teclado por un momento. Su voz se quebró un poco, y no lo ocultó. —Siempre tuve un presentimiento, Emily. Uno profundo. Que Cora estaba ocultando algo. Que podría hacerme esto algún día. No quería creerlo. Ni siquiera quería llegar tan lejos. Pero tenía que protegerme, así que me aseguré de tener algo—solo por si acaso.
Emily se acercó lentamente, sus ojos escrutando su rostro en busca de claridad. —¿Qué estás diciendo, James?
James dejó escapar un largo suspiro. —Estoy diciendo... que tenía razón. Ella estaba ocultando y planeando algo. Y es malo. Es realmente malo.
Hubo un largo silencio entre ellos. Solo el suave zumbido del portátil llenaba la habitación. Emily podía sentir que su corazón aceleraba el ritmo. Quería preguntar más, pero una parte de ella temía la respuesta. —James —dijo suavemente—, Lo que tienes sobre ella, ¿es... realmente tan malo?