Cora se volvió hacia él con una sonrisa despreocupada.
—Ahora eso... eso es una buena respuesta —se inclinó un poco, con voz juguetona—. Pero escucha, si espero demasiado tiempo y todavía no veo ningún movimiento de tu parte, te emparejaré con alguien. Sin discusiones.
Oliver se rio.
—¿Ya estás planeando mi futuro?
—Absolutamente —respondió Cora con una sonrisa burlona—. Tengo en mente algunas mujeres de primera categoría—damas que ni siquiera necesitan a nadie para completarlas. Son respetadas, seguras de sí mismas, y créeme, nunca te perseguirán. Tú serás el que estará persiguiéndolas por tu vida.
Oliver rio suavemente.
—Gracias por la amenaza.
Ella le dio un golpecito en el hombro.
—No me agradezcas todavía.