CAPÍTULO 59

Era el día siguiente... En la lujosa mansión de James, el caos estalló desde la sala de estar.

—¡¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO?!

La voz de James atravesó la casa como un trueno. No solo estaba gritando —estaba perdiendo la cabeza.

Arrojó su teléfono al sofá y se giró bruscamente para enfrentar a Serena, su nueva novia, quien parecía completamente confundida.

Todavía llevaba puesta su bata, el cabello despeinado, con las venas pulsando visiblemente en su cuello.

Emily parpadeó.

—¡Cariño, cálmate! ¿Qué está pasando? Me estás asustando.

James la ignoró. Recogió los informes impresos que su asistente se había apresurado a enviarle antes y los agitó en el aire.

—¡Esto de aquí! Mi mayor inversionista de repente retiró toda la inversión durante la noche y convirtió todo en acciones. ¡¿Sabes lo que eso significa?!

La boca de Emily se abrió ligeramente.

—Espera... ¿Convertido? ¿En acciones?