Eclipsado por la Pasión

—Cole sonrió maliciosamente hacia mí antes de deslizar su pene profundamente en mi interior —comentó ella—. La sensación era como ser consumida por un infierno vivo que se negaba a ser extinguido.

—Nos movíamos juntos en perfecta sincronía ahora —continuó—, nuestros cuerpos danzaban al ritmo mientras perseguíamos juntos el máximo placer.

—Me sentí elevándome más y más alto, mis sentidos fusionándose en un torbellino de placer y deseo —describió—. El pene de Cole entraba y salía de mí con un ritmo implacable, enviando escalofríos por mi espina dorsal mientras se apoderaba de cada centímetro de mi vagina.

—Sus manos recorrían mi cuerpo como un cartógrafo trazando territorio inexplorado —narró ella—, siguiendo las curvas de mis pechos, los contornos de mis caderas y los valles ocultos entre ellos.