Meredith.
Empujé la puerta más rápido de lo que pretendía, pero no pude evitarlo.
Todas estaban aquí.
Azul estaba arrodillada junto a Arya, limpiando cuidadosamente sus brazos con un paño húmedo. Cora permanecía rígida cerca de la pared, con los ojos muy abiertos.
Kira y Deidra se mantenían cerca, tratando de parecer calmadas, pero sin conseguirlo. Y Arya... Arya estaba de pie, rígida, con un brazo apoyado ligeramente en su cintura.
Su sonrisa era débil, pero lo intentaba. —Mi señora.
Me acerqué rápidamente, mis ojos escaneándola, observando su postura. La tensión en sus hombros. El ligero gesto de dolor cuando cambiaba de peso.
—Arya —dije, con la voz ya temblorosa—, ¿estás bien?
Asintió, pero era ese tipo de asentimiento que das para evitar que alguien se preocupe, no porque fuera verdad.
—Mi señora, solo Arya recibió dos palizas —me informó Kira.
—Déjame ver —dije, extendiendo la mano hacia Arya.
Arya negó suavemente con la cabeza. —No es nada. Lo prometo.