~**(Tercera Persona)**~
Wanda fue la segunda en abandonar el comedor.
En el segundo en que las pesadas puertas se cerraron tras ella, su compostura se quebró.
Sus tacones resonaban con furia sobre el mármol mientras marchaba hacia la escalera, cada paso cargado de frustración.
No había dicho ni una palabra cuando Draven la despidió. Ni siquiera cuando Meredith tuvo la osadía de quedarse en la habitación como testigo de su humillación.
Justo frente a ella.
Draven la había menospreciado. La había destrozado con esa voz fría y cortante suya. Le había dicho —sin rodeos— que no tenía autoridad. Ningún derecho.
No eran solo las palabras. Era lo que significaban.
No eres de aquí.
No perteneces a este lugar.
Solo Jeffery y yo tenemos voz aquí.
Sus puños se cerraron mientras subía las escaleras.
Wanda estaba descontenta con Draven. Él había olvidado sus años de amistad y le había hablado con tanta dureza frente a esa maldita mujer a la que quería dar una lección.