Planeta Bumi: Sangre o agua?
Saori observó como cada ser de la plaza desaparecía. El silencio fue inmediato. Solo quedaba el murmullo del viento y el eco de lo que una vez fue.
Se acerco a una estatua de un hombre delgado, con una coleta alta y un arco gigante. A sus pies, reposaba una katana roja.
Saori. –“He aquí el glorioso dios de Bumi... mmmm ni siquiera se dignó a decirles su nombre”
Un estallido se escuchó en la plaza, como si un relámpago hubiera golpeado el concreto.
Saori (apuntando con la katana a la estatua) : –“Menudo dios eres, Lar”
Apuntó con su katana a la viva imagen de la estatua. El mencionado miró a Saori y sonrió.
Lar: –“Oh, Saori, sigues tan hermosa como la última vez que te vi,” –dijo burlón apareciendo entre los escombros de la plaza. Con movimientos sutiles, comenzó a desprender algunos bloques, levantándolos en el aire para formar una escalera.
Saori: –“No sabía que ahora usabas la telequinesis para hacer tus entradas... menudo gasto de energía.”
Lar simplemente rió, subiendo cada escalón con calma. Saori retiró los pilares sin tocarlos, creando una entrada al balcón, y caminó lentamente hasta el filo.
Saori: –“Un millón de habitantes, ¿como no te iba a alcanzar?”
Lar: –“Oh querida Saori, un millón de juguetes”– sonrió tétricamente. –“¡Jajajaja! Cabras sin cerebro, hacían todo lo que pedía… oh, sus llantos en la noche cuando me rogaban por curar o alejar la peste sin saber que fui yo quien las esparcí.”
Llegó al último bloque, quedando frente a frente con Saori, y olió el aire. Su presencia frente a ella era tan densa como el aire de una tormenta.
Lar: —“Me hubiera encantado hacer lo que Arsol hizo con uno de sus planetas, ¿no fue maravilloso, Saori?” — Dijo extasiado, cerrando sus ojos. —“Oh, el olor a sangre, la tierra pintada de rojo carmín bajo el sol, fue un acto taaaan hermoso...”
Saori colocó su pie en el pecho del contrario.
Saori: - “Ustedes están tan enfermos.”
Empujó el cuerpo contrario provocando su caída. Lar rió mientras estiraba sus manos tratando de invocar más objetos, pero nada aparecía y miró con confusión a los lados.
Saori: -“Ah, olvidé mencionar, mi hermano Rei manda saludos,”
Rio, mientras sacudió una jeringa vacía con lo residuos de un liquido rosa.
Lar: -“¿A qué hora?! ¡Agh!”
El cuerpo de Lar impactó con la tierra, despacio se sentó, aturdido por el golpe.
Lar: - “¿Qué mierda hiciste?”
Saori: - “Mi hermano me dijo que te vieron en el mercado negro comprándole a los Pixis,”
Saori empezó a bajar los escalones, limpiando la punta de su katana.
Saori: - “Telequinesis, muuuy buena opción, pero el problema, Lar, es que no te sirve de nada . Además, qué penoso, un gran dios como tú comprando maná robado... Pense que eras muy poderoso”
Saori adoptó la posición Gedan, una postura de combate en la que la katana se mantiene apuntando hacia el suelo, con los músculos tensos y el cuerpo preparado para un movimiento rápido. Esta posición, parte de las artes marciales tradicionales de los Zokirians, una raza alienígena conocida por su disciplina y arte en el combate, reflejaba tanto calma como concentración, esperando el momento adecuado para atacar o defenderse. Con los pies firmemente plantados, Saori demostraba que estaba lista para cualquier movimiento que Lar pudiera hacer.
Saori: - “¿Por qué no peleamos como debe ser, Lar, sin trucos comprados?”
Lar rió histéricamente, poniéndose de pie. De su bota sacó un delgado cilindro.
Lar: - “Pequeña estúpida, ¿crees que con tus comentarios de mierda vas a poder conmigo?”
Hizo un corte en su muñeca y dejo caer la sangre sobre el cilindro. El objeto se transformo, creciendo hasta convertirse en un arco cubierto de espinas.
Lar: - “¡¿TÚ CREES PODER VENCERME?! Jajajaja… ¿acaso crees que soy como mi hermana?”
Saori: -"Claro que si... hasta mas facil”
Lar chasqueo la lengua. Su arco se dividió en dos espadas, atacando con velocidad brutal, directo hacia los ojos de Saori. Ella sonrió y esquivo el ataque dando un golpe en el costado de Lar con el mango de su katana
Saori: - “ Ya estuvieras muerto con ese golpe! Es más ...te dare tu ventaja”
Dejó la katana de lado, levantó los puños dando pequeños saltos como una boxeadora. Lar enojado volvió a atacar esta vez más fuerte tratando de cortar una de las manos que solo empujaban la hoja de las espadas
Lar: - “ Vamos Lar! ¡Me estoy empezando a aburrir!”
Lar volvió a atacar con fuerza. Ella bloqueo con las manos, esquivo, y le dio un golpe directo a las costillas. El sonido de algo quebrándose hizo que Lar retroceda velozmente. Una de las espadas se había quebrado, sin embargo, antes de estar enojado sintió un alivio puesto que si no se hubiera cubierto con la hoja sus costillas estarían hechas pedazos.
Lar: - “Puff parece que necesito ir enserio contigo”
Junto los pedazos de la espada, rocío unas gotas más de sangre, el metal volvió a moldearse de vuelta en el arco gigante. Con un gesto de mano invitó a Saori a atacar.
Saori: - “De esto hablo”
Lar lanzó una serie de flechas a una velocidad vertiginosa, creando un ataque constante y abrumador. Saori en algunos momentos tomaba algunas flechas del contrario para esquivar sus ataques o tratar de herirlo. Ella contraatacaba con precision, pero Lar usaba su arco como escudo. El desviaba las flechas y mantenía su distancia, aprovechando cada oportunidad para lanzar nuevas flechas con precisión mortal. En un momento crucial, Lar disparó una flecha, que Saori apenas logró desviar con la palma de su mano, haciendo que la flecha se clavara en el suelo como una lanza.
El combate se volvía cada vez mas intenso. Llegó a un punto donde Saori daba golpes al escudo tratando de partirlo
Voz interna (???): - “Déjame salir...”
Una punzada en la cabeza de Saori hizo que pierda el ritmo. Lar aprovechó para darse la vuelta y darle una fuerte patada en el pecho mandándola a volar.
Voz interna (???): - “Déjame salir.”
Lar: - “¿Quieres un descanso Sao?”
Dijo burlón Lar limpiándose la sangre de algunos cortes en su rostro pero no obtuvo respuesta. Saori hacia sentada, con la mirada clavada en el suelo. Los latidos en su cabeza eran insoportables. Pero las lagrimas... no eran por el dolor.
Lar: - “Ah no me digas que ese golpe te mato”
Lar levantó el rostro de Saori, notando el cambio de color en sus ojos, el rojo carmesí de sus ojos era consumido por una mezcla entre blanco, verde y dorado.
Lar:- “¿Qué mierda…?”
Lar retrocedió velozmente al sentir una corriente helada recorrer su cuerpo, ese sentimiento que solo las presas conocían cuando su predador las acechaba. Su arco se moldeó en un gran escudo cubriéndolo, Saori ya no estaba ahí y no sentía su presencia en ningún lado. Solo el peso del ambiente. La presión. El instinto de presa.
Saori (otra mitad) : - “¿Acaso te asusté?”
Dijo una voz burlona.
Lar giró. Saori estaba justo detrás pero sus ojos y voz eran diferentes.
Saori (otra mitad) : - “Oh, pequeño cerdo... no tengas miedo. Prometo acabar rápido contigo.
Lar, en un momento de adrenalina, de su escudo lanzó flechas como distracción, buscando una salida, una oportunidad para terminar con Saori.
Lar con una espada escondida y su mirada clavada en el estómago expuesto de la contraria, atacó rápido. Gotas de sangre caían...pero no del estómago de la contraria, Saori había detenido el ataque con sus manos desnudad.
Lar la miró. Saori estaba sonriendo de oreja a oreja, esa sonrisa lo hizo temblar y, sin ningún aviso, Saori dio un cabezazo al escudo que lo protegía, partiéndolo en pedazos.
Lar retrocedió asustado, nadie jamás había roto la verdadera forma de su arma, simplemente imposible. El material con el que fue construida fueron las mismas escamas de los Trix, seres míticos de nivel divino, cuyos cuerpos, eran muros indestructibles. Lar, perdido en sus pensamientos y miedo, no se percató que Saori estaba delante de él, tan cerca que sentía su respiración.
Lar (aterrorizado): - “¿Qué mierda eres? Los Satoris no poseen tanto poder..."
Saori sonrió con calma, tomó la espada de Lar, este con miedo la soltó y cayó de rodillas mirando el piso.
Saori (otra mitad) : - “Dije que acabaría rápido contigo,” Saori se arrodilló, uniendo su frente con su rival. “Pero antes haré que sientas lo que tu rebaño sintió.”