Reiji solo quiere sobrevivir un día más.
Sin ser visto.
Sin emociones.
Sin complicaciones.
Vivir en silencio es más fácil…
cuando el mundo dejó de tener sentido hace tiempo.
Pero entonces, la conoce a ella:
Rin.
La chica que parece perfecta para todos… menos para sí misma.
Con una sonrisa brillante
y ojos que esconden heridas invisibles,
Rin choca de frente contra el mundo apagado de Reiji.
Y poco a poco —sin quererlo—
empiezan a derribar los muros del otro.
Porque a veces el amor no llega con fuegos artificiales.
A veces, simplemente… te hace verte.